Apenas cinco mil personas secundaron ayer la marcha convocada por la autodenominada «izquierda abertzale», esto es, Batasuna, ANV y PCTV, bajo el lema «No al estado de excepción», con el objetivo de protestar contra las ilegalizaciones, un evidente fracaso que delata la escasa capacidad movilizadora de las termionales de ETA.
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El acto fue autorizado por el magistrado Fernando Andreu, pese a los intentos de Dignidad y Justicia para que fuera prohibida, dada la manifiesta ilegalidad de las formaciones promotoras. Como prueba de cargo de quiénes estaban detrás de esta nueva convocatoria, encabezaban la marcha, entre otros, la portavoz del PCTV en la Cámara de Vitoria, Nekane Erauskin, y el secretario general de ANV, Kepa Bereziartúa. Figuraban también los representantes de esta última marca electoral de ETA Marian Beitialarrangoitia, Mariné Pueyo y Arantza Urkaregi. Y, cómo no, entre los asistentes se encontraban los restos de Batasuna, Arnaldo Otegi, Jone Goiricelaia y el desempolvado Tasio Erkicia, además del ex coordinador general de LAB Rafael Díez Usabiaga y el ex dirigente de ETA Eugenio Etxebeste Arizkuren, «Antxon».
La marcha, que discurrió con gritos a favor de los presos, la independencia y en contra del PNV, finalizó ante el Ayuntamiento. Allí, tomaron la palabra el ex preso de ETA Ángel Alcalde y el ex edil de EH en la capital vizcaína Lander Etxebarria. En su intervención acusaron al PSOE de mantener «una cruzada» contra «quienes construyen Euskal Herria». Dicho esto, señalaron que en el País Vasco «se llama terrorista a quien trabaja por la democracia. Tras acusar a Zapatero de «usar políticamente la violencia» para «sacar información» y para «extender el miedo», sentenciaron que, a pesar de que «hemos llorado y lloraremos», la «lucha» finalizará cuando se consigan «todos» los objetivos: «una Euskal Herria libre, justa y euskaldún».
Se buscan jefes en Francia.
Y mientras Batasuna fracasaba en su convocatoria de Bilbao, reunía en asamblea general extraordinaria, celebrada en Ustáriz, a un centenar de sus efectivos franceses. Su portavoz, Xabi Larralde, uno de los arrestados el pasado 23 de septiembre, aseguró a los asistentes que el objetivo del encuentro era poner sus «tropas en marcha para garantizar» que su trabajo político salga «adelante», ante la posibilidad de que se emprenda «un proceso de ilegalización» y se proceda a la disolución del partido. Larralde expresó su preocupación por que «la multiplicación de procesos penales» contra Batasuna llegue a «asfixiarla», y expresó su deseo de que, a partir de esta Asamblea, surjan nuevos dirigentes.
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